El Banjo es uno de los
instrumentos más interesantes de la música popular norteamericana,
porque es un auténtico cruce entre un instrumento de cuerda y uno de
percusión. Tiene forma de guitarra, con un mástil largo y un cuerpo
redondeado.
Banjo
Este cuerpo, que es en realidad un círculo de madera,
presenta una membrana extendida sobre él, como un tambor, y con mucha
frecuencia la cabeza o membrana se toca como un tambor. Como instrumento
musical, el Banjo tuvo mucha importancia en el siglo XIX.
En tiempos más recientes, se ha usado sobre todo en la música bluegrass, aunque la mayoría de los seguidores de la música country
consideran indispensable a un especialista de Banjo en esta clase de
música. En realidad, no se utiliza en todos los estilos, pero es uno de
los instrumentos que se asocian claramente con la música country. Cuando
el Banjo forma parte de un aire bluegrass o cualquier estilo country, su presencia es evidente.
El
Banjo llegó al Nuevo Mundo en el siglo XVIII o incluso antes. Su
origen, si africano o europeo, es objeto de debate, pero en general se
acepta la teoría del origen africano. Los esclavos negros utilizaban
este instrumento, que fue adoptado por los músicos blancos en el siglo
XIX.
El Banjo original tenía cuatro cuerdas, pero el norteamericano tiene cinco y otros pueden llegar a tener seis cuerdas. El inventor del banjo de cinco fue un virginiano, Joe Sweeney, que vivió entre 1810 y 1860.
Banjo 4 cuerdas
En el siglo XX, el Banjo de cuatro cuerdas volvió a introducirse como Banjo tenor, utilizado por los músicos de jazz. El Banjo de country americano (la variedad de cinco cuerdas) se toca principalmente punteando, aunque también se pueden tocar acordes rítmicos con él.
La quinta cuerda, que se pulsa con el pulgar, sirve como cuerda de resonancia, produciendo un efecto de pedal, es decir, una nota que se va repitiendo independientemente de cual sea el acorde que se ejecuta.
Para
tocar bluegrass con el Banjo se requiere un virtuosismo extremo.
Algunas de las figuras más importantes en Banjo fueron Uncle Dave Macon,
Earl Scruggs y Roy Clark.
Este pequeño instrumento cordófono, a modo de guitarra, es de origen portugués y está inspirado
en el machete (cavaquinho), un guitarrillo muy usado en la música folclórica de
Portugal.
Cavaquinho
En la década de 1870, algunos marineros portugueses
introdujeron en las islas Hawai una forma primitiva de
ukelele, que allí se desarrolló hasta llegar a ser el instrumento
moderno que hoy conocemos. En Hawai se patentó en 1917, y desde allí se
extendió por Estados Unidos y Europa, haciéndose muy popular por lo
fácil que resulta tocarlo.
Ukelele Hawaiano
El ukelele se fabrica en varios tamaños. El más frecuente es el modelo soprano, siendo más raras las modalidades de “concierto“, tenor y barítono.
De izquierda a derecha: ukelele soprano, ukelele de concierto y ukelele tenor.
Los primeros ukeleles se hacían de tubérculos secos de taro, una raíz
presente en las islas del Pacífico; pero por los años cincuenta se
habían fabricado y vendido cerca de nueve millones de instrumentos en
plástico. Sin embargo, el instrumento modelo se construye con madera de koa de Hawai, parecida a la caoba y famosa por sus excelentes propiedades acústicas.
El arpa es uno de los instrumentos musicales más antiguos. Han existido
distintas formas, en diferentes partes del mundo, al igual que en
distintas épocas. Pertenece al grupo de los cordófonos. Se conocía ya en
la antigua Asiria, en Israel y Egipto, de donde pasó a Grecia. Fue un
instrumento muy en boca durante la Edad Media, siendo abandonado durante
el Renacimiento. Se recupera en el siglo XVIII, con la incorporación de
pedales. También se toca en orquestas musicales clásicas.
Se puede dividir el arpa europea en dos modelos:
Arpa medieval, de origen irlandés, también conocida como arpa Bárdica.
No superior a los 75 cm de alta y de afinación diatónica, cuerdas
metálicas, ornamentalmente rica en tallas, dibujos e incrustaciones de
metal. En la actualidad aun se tienen dos ejemplos claros, uno es el
arpa del rey Brian Boru (muerto en 1014) que se puede encontrar en el
museo de Dublín, y otra es el arpa de la reina Mary de escocia, en el
museo nacional de Edimburgo.
Arpa Bárdica
Arpa celta (de origen galés), puede tener hasta 105 cm de altura, 34
cuerdas y con la posibilidad de incorporar sistemas de semitonos.
Arpa Celta
Ambas tienen el pilar curvado y su caja de resonancia se ensancha en las
cuerdas graves. Como consecuencia de cambiar el pilar curvado del arpa
celta por uno recto, surge el arpa Minstrel, cuyas formas inspiraron a
los constructores de las arpas modernas de concierto. En esta última la
colocación de sistemas de semitonos es ya habitual y sus dimensiones
aumentan.
El arpa medieval era diatónica, y el arpa moderna, por el contrario,
nació con los primeros intentos de cromatismo que la evolución de la
música occidental exigía. Los primeros intentos surgieron de los
talleres de luthiers irlandeses en el siglo XVI, que proveyeron al arpa
de una doble fila de cuerdas. En el siglo XVII se incorpora una tercera
fila, la 1ª la 3ª fila eran diatónicas (29 cuerdas cada fila) mientras
que la 2ª fila, con 20 cuerdas, estaba reservada para los semitonos.
A mediados del XVII unos constructores tiroleses inventaron el arpa de
ganchos, con los cuales era posible estirar la cuerda y subirla un
semitono. En esta época fueron muchos los mecanismos incorporados para
subir el tono, pero todos accionados manualmente, por lo que debía de
hacerse antes de empezar la interpretación.
A finales del XVII, un luthier bávaro fabricó la primera arpa con
pedales que, situado a ambos lados del soporte del instrumento, estaban
unidos a los ganchos fijos de la consola mediante un sistema de
transmisión.
Arpa con pedales
Eran 7 los pedales, correspondientes a los 7 grados de la
escala musical, y para cuyo instrumento Mozart escribió su concierto
para “flauta y arpa” en 1778. A raíz del descubrimiento se inspiraron
numerosas ideas cada cual más estrafalarias para ampliar las
posibilidades del arpa (como fue la colocación de doble número de
pedales y sordinas), pero el mayor éxito lo obtuvo S. Erard en 1811.
Erard presentó el modelo llamado de “doble acción” que, con ligeras
modificaciones posteriores, es la que se usa normalmente en la
actualidad.
Los primeros
violines nacieron en Italia en el siglo XVI. Parece haber evolucionado a
partir de dos instrumentos de cuerda frotada: la fídula, también
denominada viella y rebec, y la lira da braccio (instrumento como el
violín con bordones separados del diapasón). También relacionado con el
violín pero no un antecedente directo, es la viola da gamba, instrumento
de seis cuerdas con trastes que apareció en Europa antes que el violín y
existió junto con él durante unos 200 años.
Fídula
Comparado con los
instrumentos modernos, el violín antiguo tenía un mango más grueso,
menos inclinado hacia atrás, un diapasón más corto, un puente más bajo y
cuerdas hechas sólo de tripa. Los arcos antiguos eran algo diferentes
en su diseño de los actuales. Estas características constructivas fueron
modificadas en los siglos XVIII y XIX para producir un sonido más duro y
brillante. Varios violinistas del siglo XX han restaurado y empleado
instrumentos del siglo XVIII por considerarlos más adecuados para
interpretar la música antigua.
En el pasado el violín no gozaba de
muy buena reputación; se lo utilizaba para acompañar danzas o para
doblar a las voces en la música polifónica. A comienzos del siglo XVII
aumentó su prestigio.
A finales del siglo XVII y durante todo el
XVIII, el arte de construir violines, violas, violonchelos o contrabajos
tuvo mucha importancia en Europa, pero sobre todo en Italia, donde
aparecieron importantes luthiers, que es como se llaman los
constructores de instrumentos de cuerda frotada. El más importante de
ellos fue Antonio Stradivarius (1644-1737), que elaboró algunos de los
mejores instrumentos que existen, y que hoy día cuestan muchísimo
dinero, ya que los violines, conforme pasa el tiempo, mejoran la calidad
de su sonido.
Violín Stradivarius
Durante los siglos XVII y XVIII el violín se
convirtió en uno de los instrumentos más importantes, y Antonio Vivaldi y
J. S. Bach compusieron importantes obras para él. Comenzó a tener un
papel primordial en las orquestas, y se empezó a componer un tipo de
obra musical llamada cuarteto de cuerdas, para las que se necesitan dos
violines, una viola y un violonchelo. Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus
Mozart, Ludwig van Beethoven y otros grandes compositores escribieron
muchos de estos cuartetos.
Vivaldi - Las 4 Estaciones: Invierno
De ahí en adelante, desde el barroco
hasta hoy, todos los grandes compositores de los siglos XIX y XX
dedicaron importantes obras al violín; entre ellos, Franz Schubert,
Felix Mendelssohn, Johannes Brahms, Béla Bartók, Ígor Stravinski o
Serguéi Prokófiev.
- GRANDES VIOLINISTAS: Durante el siglo
XIX aparecieron grandes intérpretes virtuosos del violín, como el
italiano Niccolò Paganini, de quien se decía que tenía un pacto con el
diablo por lo maravillosamente bien que tocaba, o los españoles Pablo de
Sarasate y Jesús de Monasterio. También en el siglo XX hubo magníficos
violinistas, como Yehudi Menuhin, Isaac Stern o David Oistrakh.